
06 Sep El milagro de Urones
Urones de Castroponce es un pequeño pueblo, como casi todos, de la Tierra de Campos vallisoletana. A menos de 35 kilómetros de Medina de Rioseco. A 7 minutos de Becilla de Valderaduey. A poco más de 10 minutos de Valderas. Y a menos de 20 kilómetros de Villanueva del Campo. Aquí al lado.
A simple vista podría parecer un pueblo más: con sus casitas de adobe, su iglesia, su pequeño ayuntamiento, el bar del pueblo y una iglesia con un curioso crucero formado por calaveras. Pero no.
En Urones de Castroponce encontrarás a Álex y a Estrella, dos apasionados del teatro, dos bellísimas personas, dos enamorados del medio rural. Allí encontrarás el Corral de Anuncia. Y allí encontrarás FETAL, el Festival de Teatro Alternativo donde día tras día se irán sucediendo representaciones de una calidad excepcional entre los trigales ya cosechados. ¡Allí!, ¡en medio de la Tierra de Campos compañías teatrales de toda España y también de Portugal!
Es el milagro de Urones. Milagro que, por fin, este año, tuve la oportunidad de conocer de cerca, en su vigésimo segunda edición.
Sin embargo, ¿cómo es posible que haya tardado tanto en acercarme allí? ¿Cómo es posible que los vecinos de la Tierra de Campos no estemos día y noche presumiendo de la actividad cultural de tan impresionante calidad que se desarrolla en nuestras tierras?
El Festival de Teatro Alternativo se desarrolla en Urones, sí, pero tiene que ser patrimonio de todos. Urones está demostrando al mundo entero que en un pueblo de apenas 100 habitantes que dista en más de una hora de la capital y en el que nos dicen es imposible desarrollar nada, tiene lugar un festival de teatro con una programación de primera.
En Urones se demuestra que es posible generar cultura en el medio rural. En Urones se demuestra que en los pueblos hay calidad. Que de catetos nosotros nada, que para eso ya están los programadores de la ciudad que llevan años con la sota, el caballo y el rey pensando que su público es tan imbécil y pueril que no es capaz de comprender nuevos teatros y formatos. Y mientras, en Tierra de Campos, a la vanguardia, pero sin sentir orgullo y creyéndonos todavía el cuento de que la cultura se desarrolla en lo urbano y para cateto el medio rural.
Pero aquí está el FETAL para contaros lo contrario. Y hablaba antes del milagro, pero es más correcto hablar de la voluntad de un pueblo que tampoco se resigna a morir aunque no tenga castillo, viñedos, ni un personaje histórico al que explotar. Y es que hay que hacer justicia con la voluntad de un grupo de mujeres que hace 22 años puso en marcha el germen de este festival. Porque los vecinos de lo rural valemos por mucho más que el pasado y el patrimonio que nos precede: valemos por lo que somos en el presente.
Ya ven, cuando un grupo de personas no se resigna a cruzar los brazos y llorar, mientras poco o nada llega de la administración, se consiguen cosas.
El FETAL es ejemplo. Pero tiene que ser orgullo para cuantos habitamos esta tierra. Y tiene que ser, además, cita obligada en Tierra de Campos para propios y extraños. El FETAL es cultura y es desarrollo rural. Y mucho más gracias al amor que he visto que Álex y Estrella ponen en él.
Larga vida al FETAL, porque será larga vida para Urones de Castroponce y para la Tierra de Campos. Larga vida a la voluntad de quienes han comprendido que no podemos seguir esperando milagros de quien quiere acabar con la gente que habita nuestro territorio. Larga vida a la cultura que merecemos crear y disfrutar como pueblo. Y larga vida a Álex y Estrella, para que sigan manteniendo viva la llama del teatro, el Corral de Anuncia, y este precioso sueño rural.
***Publicado en La Mar de Campos en septiembre de 2018.