
21 Sep Cien días como alcaldesa
Si no me fallan los cálculos, ayer cumplí cien días como alcaldesa de San Pelayo. Y, aunque al cumplimiento de los cien días preferiría que fuesen mis vecinos los que hicieran su valoración, voy a reflexionar en alto, ya que a mí no me hacen entrevistas, sobre lo que esta experiencia está suponiendo para mí.
Solo quería contaros que me reafirmo como sampelayista extrema, como apasionada de mi pueblo, y con esa misma ilusión quiero seguir trabajando durante los casi cuatro años que aún me quedan.
Quiero contaros que San Pelayo es mi afición y vocación y, como tal, el ejercicio de la función pública; encuentro mi sitio entre mis vecinos trabajando codo a codo por el futuro de nuestra tierra.
Quiero contaros que en los pueblos pequeños se cultiva la esperanza, pero para eso hay que trabajar; tenemos que sacudirnos los complejos y la poquedad de ánimo. Y, tras cien días en el Ayuntamiento de San Pelayo, reafirmo mis votos y mi energía, mi disponibilidad y predisposición para luchar por nuestra gente.
Habremos tomado medidas más o menos acertadas y aplicadas con mayor o menor tino, pero trabajamos duro por hacer lo mejor. En estos cien días he vivido alegrías extremas y también disgustos con los que no contaba; he sentido una felicidad inconmensurable y también sinsabores y decepción. Pero tras cien días quiero contaros que es hermoso contar con la confianza y el cariño de la gente. Y que millones de gracias por todo el apoyo, que es, sin duda, el motor y lo que en última instancia siempre nos anima a caminar.